domingo, 22 de septiembre de 2013

Silencios que separan sin ser kilómetros...

Y comprendió que  hay personas  que  brillan  sin ser estrella y que  hay  silencios  que separan sin ser kilómetros; que  la  vida  es  un poquito así, sin sentido, pero que  nos desesperamos  por  darle  una, sentido  con nombre y apellidos a ser  posible, un  sentido que  nos  abrace por  las  noches y que  no se  vaya al vernos las  cicatrices, que  las  comparta con nosotros.

Comprendió que enamorarse era  una  necesidad, tanto como para respirar y que  al  igual que  moría si no  respiraba también  lo hacía de  distinta  forma si no amaba, pensaba eso del amor.
Y  también  pensaba  que  las  personas se  habían acostumbrado  a  maquillarse los  sentimientos porque tenía  miedo que  alguien llegase y les  hiciese  daño. Y es que  no hay  nada  peor  que  alguien te  rompa lo más  bonito que tienes, es decir, las  razones de sonreír, los  sueños,  las esperanzas, que te  quiten las  ganas...Así que  nos  vestimos con un poquito de  orgullo y lo miramos todo desde  la  distancia, tanteando el precipicio antes de saltar, porque si  queremos morir, queremos  morir por alguien que sepa  llorarnos.

Y sobre el desamor, cuando  sientes  cosas  bonitas  por alguien que  ya está  sintiendo cosas  bonitas  por  otro, pensaba que  a  veces  es  inevitable y que  ojalá, pudiésemos elegir de  quién enamorarnos y hacerlo de aquella  persona que  supiese  querernos;  pero  las  cosas  , por desgracia, no  son  así y  muchas  veces, más de  las  que  me  gustaría, terminamos  padeciendo insomnio por alguien que, además, irónicamente nos  hace soñar, y luego termino hablando sobre  la  capacidad de  olvidarnos de  las  personas  y  de  la  naturaleza  de  los  recuerdos; diciendo  que la  mejor  forma de  olvidar a alguien  que nos  duele  recordar es  llegando a  la  conclusión de  que  no merecemos  eso, de  que merecemos  algo  más,  de  que  merecemos  sangrar por  alguien que  luego venga a  curarnos.

Y  que  la  vida  no es  tan larga, ni dura tanto para esperar perdiendo trenes que ya han  pasado; de que  hay que  sonreírle a  los  amaneceres independientemente de que  llueva, independientemente de que  compartamos cama  con la  soledad.

Que  las  cosas llegan  cuando menos  te  lo esperas, y  que  si siempre las estás esperando, sólo tardan en llegar un poquito más, pero llegan tarde  o temprano; y entonces dijo: " sigo queriendo a toda la gente que he querido en  mi vida, pero sólo  amo con esa urgencia, la  mirada, la esperanza de que  un día y qué más da cuándo, amare a alguien y sera para siempre.